Veo que solo escribo unas cuatro veces al año, en los cambios de estación. Cambio la image de cabecera y digo tres chorradas y media como mucho. No reseño libros, no hablo de tecnología ni de casas prefabricas.
Siete veces siete. Cuarenta y nueve es un número tan bueno como otro cualquiera. Aunque siempre pensamos en decimal y claro, nos pueden los múltiplos de 10. Hace mucho, cuando leí el libro El quark y el jaguar, me di cuenta de que nuestra forma de ver el mundo en torno a contar las cosas de 10 en 10 (olvidaos de los franceses por un momento) era una mera cuestión de azar. Todo por que el pez que salió del mar tenía 5 radios principales en cada aleta. Podrían haber sido 4 o 3 y hoy cumpliría 61 en base octal u 81 en base seis. (venga un enlace para el que no sepa de qué va esto: Calculadora conversor Pasar octal a decimal)
En el fondo que más da, cumplimos años, damos vueltas alrededor del Sol y vuelta a empezar.
Este blog, como ya he contado otras veces, nació para explorar el SEO y el posicionamiento web cuando muchos no sabían que era. En un peregrinaje por otras plataformas y del éxito al ostracismo aquí sigue.
Es como el caballero inexistente de Calvino. Sigue por que la armadura, el entorno de WordPress.com, necesita nulo mantenimiento y nulo gasto o inversión. A día de hoy solo aporto con dos o tres cosas al año y poco más, sin embargo debajo está el esqueleto de todo lo escrito en el pasado, desde los posts con los que me divertí hasta con los que aprendí cosas nuevas. Seguiré así con el blog abierto y pensando en cómo retomarlo aunque lo más difícil sea el para qué retomarlo.
Llegando con retraso hasta para decir algo de mi propio cumpleaños. Da igual, me gusta pensar cosas en torno la número de años cumplidos. Con este número se me viene a la cabeza el clásico ZX Spectrum 48K. Un ordenador que nunca tuve pero si usé en casa de mis amigos. Un todo en uno, compacto y con salida de TV algo que ha tardado años en volver a estar disponible en un formato similar con la Raspberry pi 400 curiosamente también desde el Reino Unido.
Año raro este a caballo de 2020 y 2021 que ha pasado. El año pasado el 19 de junio se acabó el estado de alarma y este el día anterior se anunció el fin de la mascarilla obligatoria en exteriores. Quiero que pase el tiempo para poderlo mirar en perspectiva y pensar en qué ha cambiado y que ha quedado de todo esto.
En este, este no. Pero casi. Corría el año 2004 y empecé a escribir por razones que ya he contado más de una vez y que a nadie le importan. El post con un título muy original en aquella época:
Hoy seguramente esa frase no signifique nada para mucha gente y la verdad es que tampoco es que yo la haya vuelto a usar mucho. En cualquier caso el blog se sostiene como un zombi, un no-muerto en el que escribo solo lo imprescindible. Curioso «ciclo de vida del blog» que he visto en más de un caso. Con el tiempo la mayoría han pasado al estado latente y las visitas decayendo al tiempo que las publicaciones para entrar en un ciclo destructivo:
como nadie me lee ⇒ no escribo
como no escribo ⇒ nadie me lee
Y así hasta el infinito. Y qué más da.
¿Nos volveremos a ver para la mayoría de edad del blog?
Ya es otoño en el hemisferio norte. Es 2020 y estamos bajo los efectos de una pandemia global por un coronavirus denominado COVID-19 y que provoca una enfermedad denominada SARS-CoV-2.
La enfermedad es como la «lotería de Babilonia» de Borges, te puede tocar que no te enteres o lo mismo te sale muerte. Blanco o Negro y muchos tonos de grises por medio.
Cuando me pregunten como luché contra esta catástrofe diré que me quedé en casa viendo la vida pasar, saliendo con una mascarilla de papel a la calle y con jabón y alcohol en las manos. Y ya.
Nos acostumbramos a todo, vivimos en un Apocalipsis suave del que lo mismo salimos o no, nadie lo sabe porque nadie prevé que esto sea para siempre o que no vaya a terminar algún día.
Recordando esa novela he pensado en mi último viaje a Cuba con el país entero desmoronándose y la gente adaptándose a la situación. Sales de la Habana por una carretera de 8 carriles, la 8 vías, atraviesas media isla y de repente hay caminos para solo 2 coches y la mayoría de lo que ves son carretas y gente a caballo. Electricidad procedente de grupos electrógenos y coches reparados una y mil veces.
Por lo menos es otoño, cambia la estación, las horas de sol la temperatura y ya mismo la ropa que nos ponemos para salir a la calle. Por ejemplo un jersey para el otoño.
La verdad es que no pensaba escribir nada. Ha sido un cumpleaños raro. Hoy se acaba el estado de alarma en España. Mañana entraremos en la nueva normalidad.